Powered By Blogger

viernes, 27 de mayo de 2011

Para dormir.

Instante que a vos te place y a mi me llena de agujeros.
Hueco que vos llen
ás gritando y yo adorno con pavadas.

Somos dos gotas limpias con todo lo que eso implica.

Vos llovés floreciendo, yo lloro riendo.


Necio será el tiempo estancado entre nuestros rulos que no hacen más que dormir y cantar.

Y yo me sentaré en la borla de tu gorro atlántico que es el único refugio a este invierno.

Vos no esperás para encontrarme.

Yo no me animo ni a mi.

viernes, 13 de mayo de 2011

La ele.


La L era por little no por large. Por eso sus pantalones lo hacían ver como un zombi.
Cada cabeza que se desprendía de su hombro era, a su vez, mas ínfima e intolerante que la anterior. Lo cual no lo situaba en el lugar mas deseado al momento de relacionarse con el mundo que lo rodeaba (y que él odiaba).
Unos pocos locos sentimientos acerca de la iluminación y la profundidad de los secretos, sobre lenguas y sombras ajenas.
Vicio más mala suerte, más ansiedad, igual a sus probabilidades de amar. No era necesario recorrer todos los sucesos de su vida, paso por paso, para pronosticar su futuro.



Acuéstese lentamente sobre alguna superficie rígida. Trate de no pensar en ningún concepto, de no escuchar ni atender a ningún rastro acústico que haya dejado el mundo externo en su pensamiento. Juegue con los colores y las formas hasta que se aburra y se encuentre con nada. Solamente así lo entenderá. De esta manera algunos lo amaron y (hasta sin entenderlo) lo siguieron. Hoy, sentado a mi lado, me mira y se ríe. Pero, por suerte, me acompaña.

lunes, 2 de mayo de 2011

De caminar en puntitas de pie.

Siempre se debe estar sonriendo cuando se camina en puntitas de pie (podemos permitirnos también una expresión de miedo o sospecha que esté, excluyentemente, acompañada de morderse los labios o tensionar los músculos de la masticación).
En toda ocasión, se caminará en puntitas de pie con alguna misión, objetivo, tarea o actividad especifica definida. Está fuera del ideal existente caminar en puntitas de pie sin ninguna razón o por placer (actividad que se restringe a seres fantásticos, puros o viles que no superen los cincuenta centímetros de altura, entre otras características). De más está aclarar y profundizar que esta misión, faena o ejercicio debe mantenerse en secreto, motivo por el cual la naturaleza de esta actividad por si misma es íntima y en la mayoría de los casos prohibida (para el lugar y el momento en el que se desea llevar a cabo).
Se deben estudiar en profundidad (o intentarlo) los diferentes suelos por los que se desea transitar en puntitas de pie. Un amplio jardín puede presentar una pastura acolchonada (ideal para no generar sospecha) o encontrarse empapado por hojas secas (quienes inmediatamente devalarán nuestra posición y pondrán fin a nuestra travesía). El mismo fenómeno de heterogeneidad ocurre con los pisos industriales, maderas viejas, alfombras, cemento alisado, pana, etc.
Pueden presentarse controversiales y diferentes opiniones a la hora de elegir el mejor tempo (ritmo) para realizar la caminata en puntitas de pie. Por un lado se encuentran los defensores acérrimos de la velocidad. Tentando a la suerte, anhelando que ningún imprevisto (evitable si uno camina con sigilo) detenga la marcha o revele nuestra colocación. Por el otro, los que proclaman y practican la paciencia y el cuidado exhaustivo del silencio. Un buen caminante sabrá optar por el nivel de velocidad que deba utilizar para su recorrido, exigido por las demandas y características de la razón in vivo por la cual está caminando en puntitas de pie.
Vale la pena (para no dejar cabos sueltos) comentar que siempre se debe caminar en puntitas de pie cuando la visión se encuentra limitada. No se concibe la acción de trasladarse en puntitas de pie por un espacio iluminado, esto sería completamente ilógico, absurdo, insensato, frívolo y mundano.
Para concluir, es recomendable acarrear, en alguna de las dos manos (si se puede hacer uso de las dos) algún instrumento de valor que puede ser; tanto personal, afectivo y místico; como universal, pragmático y terrenal. Este instrumento acompañará y alimentará nuestra ánima durante la duración de la marcha, algunas veces volviéndola divertida, otras solamente interesante.