Ayres I.
Un loco en silla de ruedas avanza a toda velocidad, en contramano, por la calle Corrientes. Justo antes de llegar a la esquina, salta dejando la silla de ruedas chocar contra un colectivo parado, y, antes de tocar el piso, gira sobre si mismo en un ángulo de doscientos veinte grados y explota. Llueven pétalos de magnolias color naranja y un dálmata pelirrojo se lleva entre los dientes lo que quedó del loco: una boina a cuadros.
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