- Acostumbran berrear de angustia las camelias, Margo, al verte partir,
al mismo tiempo que se estremecen mis labios infectos de pasión procurando saciar mi apetito de poseerte. Y yo, desierto, sucumbo de pena.
- Por favor Torlo, no persigas este fardo de alucinaciones entusiastas que pretendemos definir como cariño. Los dos conseguimos augurar notoriamente las consecuencias.
- Oh Margo, que las sombras iluminas y los vendavales sosiegas. Tu que esperas la noche para volverla día y duermes soñando las fantasías de los inmortales, no me demandes que traicione mi sentir. Tú que has engalanado el eterno vacío de mi alma con una risa, permíteme amarte hasta que aliento únicamente sea mi existencia.
- Alto, detente vigoroso y serafín Torlo, que con tus palabras sueles engalanar lo que nosotros, estrictos acúmulos de carne y desdicha, podemos apreciar y descubrir con los ojos. Tu que das cuerpo y forma al lenguaje del espíritu, vete. Vete y no regreses más por estas tierras, aléjate tanto como puedas para que tu presencia en este mundo sea solo un mero recuerdo.
- Margo intentas desgarrarme acaso con palabras...
- ¡Corte! ¡Esperen!
Verónica haber si lo podes hacer con un poquito más de emoción por favor, más sentido, te están partiendo el alma, ponele corazón, si no, no se lo cree nadie. Bernardo ¿te podés sacar el casco de la moto por favor?
Jajaja!
ResponderEliminarGenial Magma!
Ya quiero hacerme un blog.
Espero verte hoy.
Santi.
la puta que te pario
ResponderEliminar¿¿por qué esa agresividad petitut??
ResponderEliminar